Barrio de inviernos
Desde las colinas
nuestras casas avanzan hacia una estación de bruma.
La lluvia golpea las estancias secretas
y el viento se extiende como mantel de plomo.
Alguien cuida amapolas en el azotado jardín,
frágiles maderos quemados en la aurora.
En la profundidad de los recodos
escuchamos a los muertos,
oímos sus voces a la hora de la siesta.
Mientras las casas permanecen bajo los golpes del agua
la noche se roba el silbo de los pájaros,
la eternidad del día.
Luego, tendidos de espaldas bajo un cielo apacible,
pensamos en nuestros vivos con su luna imantada,
efímeros, como la hierba que crece
Tierra quemada
De repente despertamos con temor
al escuchar los truenos.
-no es lo que pensamos-
En las montañas suena el trino del pájaro
junto al sonido de fusiles.
Lo comentamos como guardando un secreto.
El vuelo del chamón
agita la tranquilidad del hogar.
Es la tierra quemada por el sol impasible,
los aullidos de los perros,
el ruido de cañones
y una madre nerviosa
oyendo boleros en el crepúsculo.
Miramos la montaña
donde disparos inventan la patria
Carlos Fajardo Fajardo. Santiago de
Cali, 1957. En el género poesía es autor de Origen de silencios, 1981;
Serenidad sitiada, 1990; Veraneras, Premio de Poesía Antonio Llanos, Cali,
1991; Atlas de callejerías, 1997; Tierra de Sol, Premio de Poesía Jorge Isaacs,
Cali, 2003; entre otros. En crónica, La ciudad del poeta, Bogotá, 2013. En
ensayo ha publicado Estética y sensiblidades posmodernas, 2005; El arte en
tiempos de globalización, 2006; Rostros del autoritarismo. Mecanismos de
control en la sociedad global, 2010; entre otros.